Al comienzo de este curso académico, nos pusimos en contacto con nuestro profesor de ciencias naturales con la intención de realizar una investigación. Por suerte, tenemos experiencia, ya que otros años hemos elaborados proyectos de este tipo. En principio, la temática no la teníamos clara, pero surgió la idea en un congreso de alumnos investigadores, donde unos chicos estudiaron las propiedades alimenticias de las larvas de un escarabajo. Por tanto, nos planteamos indagar en las cualidades de los coleópteros, y por qué no hallar una nueva utilidad de estos organismos. Además, comenzamos bien pronto, a principios de noviembre, ya que queríamos realizar un proyecto muy completo, que se culminara con la elaboración de un producto.
Con la idea en nuestra manos decidimos presentarnos al concurso "Si eres original, eres de libro". Una vez escogida la temática de nuestro trabajo aplicamos el método científico. Para la realización de nuestro proyecto pretendíamos seguirlo rigurosamente. Por tanto, había que cumplir un ciclo de investigación completo que incluyera la búsqueda de información previa, el planteamiento de un problema, la emisión de hipótesis, el diseño y la realización de los experimentos, la exposición de los datos obtenidos, la extracción de conclusiones, la elaboración de un producto (con su marca, logotipo, campaña publicitaria,...) y, quién sabe, si poder comercializarlo.
Información previa. Por un lado, analizando las principales características del Tenebrio molitor, tanto anatómicas como fisiológicas, describiendo su hábitat natural, estudiando su comportamiento, y centrándonos en su ciclo de vida para poder reproducirlo. Por otro lado, examinado algunos trabajos relacionados, y que nos han ayudado a organizar nuestro proyecto.
Planteamiento del problema.
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha utilizado a los insectos de múltiples maneras. Como por ejemplo: la entomofagia, como fuente de alimento; la entomolatría, atribuyéndole dotes divinas; o la entomoterapia, utilizándose para sanar enfermedades. De todos estos usos, nos llamó la atención el amplio número de especies que se han empleado para curar distintas afecciones, o que las farmacéuticas han obtenido algún que otro principio activo para sus medicamentos. Ni cortos ni perezosos, nos pusimos manos a la obra, para intentar simular a una empresa farmacéutica. De todas las especies posibles nos fijamos en el escarabajo de la harina, Tenebrio molitor. Descubrimos que las larvas de estos organismos originariamente se alimentaban de materia orgánica en descomposición (hojarasca, excrementos o cadáveres). De sobra es conocido, que los hongos tienen una especial apetencia por lugares húmedos y con materia en putrefacción.
Emisión de la hipótesis. Por todo ello, nos planteamos la siguiente hipótesis: si las larvas viven en lugares donde se desarrollan con facilidad los hongos, posiblemente posean en su piel alguna protección bioquímica contra las infecciones provocadas por los mismos. Por tanto, ya teníamos investigación: demostrar la acción fungicida de las larvas de Tenebrio molitor. De esta manera, si eramos capaces de demostrar la capacidad antimitótica de las larvas de estos escarabajos, se podría concluir el proyecto con la elaboración de una crema fungicida.
Con la idea en nuestra manos decidimos presentarnos al concurso "Si eres original, eres de libro". Una vez escogida la temática de nuestro trabajo aplicamos el método científico. Para la realización de nuestro proyecto pretendíamos seguirlo rigurosamente. Por tanto, había que cumplir un ciclo de investigación completo que incluyera la búsqueda de información previa, el planteamiento de un problema, la emisión de hipótesis, el diseño y la realización de los experimentos, la exposición de los datos obtenidos, la extracción de conclusiones, la elaboración de un producto (con su marca, logotipo, campaña publicitaria,...) y, quién sabe, si poder comercializarlo.
Información previa. Por un lado, analizando las principales características del Tenebrio molitor, tanto anatómicas como fisiológicas, describiendo su hábitat natural, estudiando su comportamiento, y centrándonos en su ciclo de vida para poder reproducirlo. Por otro lado, examinado algunos trabajos relacionados, y que nos han ayudado a organizar nuestro proyecto.
Planteamiento del problema.
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha utilizado a los insectos de múltiples maneras. Como por ejemplo: la entomofagia, como fuente de alimento; la entomolatría, atribuyéndole dotes divinas; o la entomoterapia, utilizándose para sanar enfermedades. De todos estos usos, nos llamó la atención el amplio número de especies que se han empleado para curar distintas afecciones, o que las farmacéuticas han obtenido algún que otro principio activo para sus medicamentos. Ni cortos ni perezosos, nos pusimos manos a la obra, para intentar simular a una empresa farmacéutica. De todas las especies posibles nos fijamos en el escarabajo de la harina, Tenebrio molitor. Descubrimos que las larvas de estos organismos originariamente se alimentaban de materia orgánica en descomposición (hojarasca, excrementos o cadáveres). De sobra es conocido, que los hongos tienen una especial apetencia por lugares húmedos y con materia en putrefacción.
Emisión de la hipótesis. Por todo ello, nos planteamos la siguiente hipótesis: si las larvas viven en lugares donde se desarrollan con facilidad los hongos, posiblemente posean en su piel alguna protección bioquímica contra las infecciones provocadas por los mismos. Por tanto, ya teníamos investigación: demostrar la acción fungicida de las larvas de Tenebrio molitor. De esta manera, si eramos capaces de demostrar la capacidad antimitótica de las larvas de estos escarabajos, se podría concluir el proyecto con la elaboración de una crema fungicida.